
Unos 500 opositores al Kremlin, desde liberales hasta activistas pro derechos humanos pasando por comunistas se unieron a la «asamblea nacional» organizada por Kasparov en Moscú, su último intento por unir a la debilitada y enfrentada oposición rusa contraria al ex presidente y actual primer ministro Vladimir Putin y a su sucesor, el presidente Dimitri Medvedev.
Una joven oriunda de Samara declaró: «No escatimaré esfuerzos, ni mi vida si es necesario, por la restauración de la soberanía y el poder del pueblo en Rusia.» Los delegados respondieron: «Lo juramos.» La mujer añadió: «Deberíamos escupir en la cara de los zares Putin y Medvedev.»
Incidentes similares organizados por grupos de jóvenes apoyados por el Kremlin fueron frecuentes durante la campaña de Kasparov contra el gobierno de cara a las pasadas elecciones parlamentarias de diciembre y al controvertida elección de Medvedev en marzo.
Kasparov, considerados por mucho el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos, acusó a los dirigentes rusos de crear un «estado feudal» y fustigó a los principales partidos opositores, como Yabloko y SPS, que no asistieron a la asamblea.
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