Negra, de encaje y con lacitos, porque las sobaqueras no sirven. | Telegraph.
La expedición Catlin Arctic, que está recorriendo 1100 km hasta el Polo Norte para medir el grosor del casquete polar, emplea unas braguitas cortada en tiras y atada en el extremo de un bastón de esquiar para orientarse con la ayuda del viento cuando está nublado.
Debido a que la cercanía del norte magnético vuelve inútiles las brújulas y a que las bajas temperaturas impiden el correcto funcionamiento del GPS, el equipo ha tenido que recurrir a la posición del sol para orientarse. Sin embargo, cuando está nublado deben guiarse por la dirección del viento, medida gracias a las braguitas.
Pen Hadow, que fue la primera persona en llegar caminando al Polo Norte, dice que las braguitas fueron generosamente donadas por una admiradora de la expedición. A través del teléfono por satélite, declaró: «Es una situación completamente seria. Disponer de tejino fino y delicado atado al extremo de un bastón resulta especialmente útil para este proyecto porque no podemos usar la brújula por la cercanía al norte magnético y hace demasiado frío para usar el GPS.»
Hadow y su equipo han tomado una ruta inexplorada para conseguir las mejores lecturas para los científicos. También se vieron obligados a partir durante el invierno, cuando solo hay unas pocas horas de luz, antes de que el hielo se funda más.
Hasta el momento el equipo ha cubierto unos 100 km y esperan tener que nadar por aguas abiertas para llegar al Polo en mayo o junio. Sin embargo, Hadow tiene confianza en lograr sus objetivos. «No tenemos planes para cambiar de ruta. Está resultando difícil pero tenemos que morder la bala y hacer lo que los exploradores hacen.»
Los resultados de la expedición Catlin, financiada por la WWF y el Príncipe Charles, proveerá a los científicos datos valiosos sobre el cambio climático para finales de este año.
1 comentario:
Yo también las uso... para orientarme.
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