Busca pasajeros dispuestos a pagar los 81.000 € de la carrera. | ADN
Patxi Huélamo, un taxista de Vitoria, busca al pasajero que le falta para realizar un viaje de España a China con el que pretende batir el récord de la carrera más larga hecha con este tipo de vehículo. Se calcula que el taxímetro marcará al terminar unos 81.000 €, cantidad a repartir entre los viajeros.
«Tengo cuatro viajeros, de momento, pero puedo meter al menos a uno más, porque mi vehículo tiene licencia para siete plazas. No se me habría ocurrido hacer este viaje en un coche normal porque si repartes entre cuatro sale muy caro», dijo.
El conductor bajará la bandera hacia finales de junio o principios de julio y llegará a Shangai tras recorrer 40.000 km, previo paso por ciudades como la olímpica Pekín, Roma, París o Moscú. Una vez en el destino, Patxi prevé descansar una semana junto a sus compañeros de viaje para después iniciar el trayecto de vuelta, que quiere que decidan los ocupantes del taxi.
Acompañarán a Patxi un jubilado de 68 años, Patricio Padilla, que ha sido conductor del autobús oficial del equipo de fútbol Athletic de Bilbao y que quiere «hacer algo gordo» antes de morirse. También se subirán al coche Gloria Gómez, una maestra prejubilada que ha estado viviendo 6 años en Marruecos; Juanjo Martínez, un aventurero de 50 años que se dedica a viajar, y la más joven, Mónica Ortega, que ha sido cooperante en una ONG y actualmente estudia chino.
El Ayuntamiento de Vitoria se plantea la posibilidad de permitir publicidad en el coche que pague parte del costo de este viaje. «Lo que más ilusión me haría es que los clientes pagasen la mitad, porque todo el mérito es de ellos. Si no me hubiesen llamado para apuntarse no estaríamos hablando ahora de este reto», explica Patxi, que pretende inscribir en el libro Guinness de los récords el nombre de sus pasajeros.
España es una potencia mundial en este tipo de hazañas: el actual récord de viajes realizados a bordo de un taxi está en posesión del español Carlos Arrese, que en 1994 realizó el trayecto que va desde Londres a Ciudad del Cabo (Suráfrica), unos 35.000 km.
El coche, el plan de viaje, la compañía y el taxímetro ya están listos: sólo falta un pasajero. Patxi busca afanosamente candidatos a la puerta de las consultas psiquiátricas de la ciudad. «¿Que por qué? ¡Ay va, la ostia! Porque los de Vitoria somos así», remacha triunfalmente.
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