
Corogeanu y cuatro monjas fueron condenados por asesinato. Las monjas recibieron condenas de cinco a ocho años. Tras oír la sentencia, Corogeanu declaró: «Apelaremos y espero que tenga éxito. No esperábamos esta sentencia, pero es la decisió del juez. Rezaremos a Dios pidiendo ayuda.» Docenas de partidarios de Corogeanu abarrotaban el tribunal y varios rompieron a llorar cuando se anunció el veredicto.
La Iglesia Ortodoxa, que describió el suceso de Tanacu como «abominable», ha prometido reformas, incluyendo test psicológicos para quienes deseen ingresar en monasterios. También expulsó a Corogeanu del sacerdocio y excomulgó a las cuatro monjas.
En 1999, cuando el Vaticano publicó sus nuevas guías desde 1614 para exzorcisar demonios, urgió a los sacerdotes a que tuvieran en cuenta la psiquiatría moderna cuando decidieran quién debía ser exzorcisado.
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