22 de octubre de 2008

Angela Merkel se queja oficialmente de los manoseos de Sarkozy

Carla Bruni no ha realizado declaraciones. | El Mundo.

Angela Merkel se ha quejado a la embajada alemana en París de los modos «demasiado amigables» de su homólogo galo, Nicolas Sarkozy, cuando la coge de los hombros o la besa. La galantería francesa no encaja demasiado con la rectitud germana.

Al parecer, Merkel detesta que la toquen y quiere que en El Elíseo se enteren. A la alemana no le gustan las muestras de cariño del líder francés, e incluso las considera una falta de educación. Y no se trata de algo personal, sino de diferencias culturales entre ambos dirigentes.

«Tocarse no forma parte de la cultura alemana, y aún menos de la cultura del este de Alemania», explica Dorothea Hahn, corresponsal en París del diario berlinés Die Tageszeitung. Además, a esto hay que añadir que Merkel es protestante, lo que supone mantener una cierta distancia entre los individuos, rigor, y austeridad tanto interior como exterior. En definitiva, las muestras físicas no son un asunto alemán.

El psiquiatra y sexólogo Willy Pasini, citando trabajos del antropólogo estadounidense Edward T., distingue cuatro «distancias» que rigen las relaciones entre las personas en Occidente, de la más estrecha a la más distante. Angela Merkel, en sus relaciones laborales, prefiere mantenerse en la distancia, y sólo admite el protocolario apretón de manos. Para ella, algo más próximo es inconcebible.

Por su parte, Nicolas Sarkozy prefiere las relaciones más cercanas, algo más común entre los países mediterráneos. «Nosotros, los alemanes —repite Hahn—, preferimos un apretón de manos y una intensa mirada, mientras que los franceses son más partidarios de los besitos.»

No hay comentarios: