17 de agosto de 2008

Más del 20% de los aspirantes a policías da positivo en el test de drogas

Pero no se les puede expulsar de la academia. | El Mundo.

Debido al déficit de policías en las calles, en la presente legislatura se ha doblado la oferta para formar parte de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, pero el aumento de las plazas no se ha visto correspondido en la misma proporción con un aumento de recursos en el Centro de Formación de Ávila, con un esfuerzo para mantener el mismo nivel de preparación anterior.

Por ello, la preparación de los nuevos agentes ha bajado de forma considerable, superando las sorpresas en la academia de formación policial las peores expectativas. Según fuentes cercanas a la propia academia, los responsables de la Policía Nacional decidieron someter a una parte significativa de los alumnos en prácticas a un test de droga, al denominado Drogotest.

Las pruebas se realizaron a unos 500 de los 2750 alumnos de la última promoción de Ávila. Esa cifra se consideró suficiente para sacar una extrapolación fiable sobre el total de los futuros agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Se les tomó muestras de orina y se les analizó el cabello. Más del 20% de los sometidos a estas pruebas dio positivo. Uno de cada cinco de los analizados había consumido sustancias estupefacientes. En la anterior promoción se hizo un primer ensayo, con una muestra inferior, y los resultados apuntaron al 12% de positivos sobre los alumnos analizados.

Los resultados en esta última promoción han hecho saltar todas las alarmas entre los responsables policiales porque entienden que el muestreo es muy bueno, que el número de analizados y sus resultados sirven para elaborar un diagnóstico completo y llegar a una clara conclusión: existe un importante problema al que es difícil enfrentarse.

Y es que los que han dado positivo en los test no pueden ser expulsados directamente de la Academia policial. El reglamento que rige el funcionamiento de la escuela policial (del año 1980) no lo incluye como motivo de expulsión, aunque sí como falta muy grave. Pero al tratarse de aspirantes no se les puede «suspender del servicio», como a los policías. Sólo se les puede rebajar las calificaciones, descontarles puntuación. Pero no impide que sigan en la academia.

Ésta es una de las consecuencias de que durante los últimos años el aumento del número de plazas de la policía no se haya visto compensado con un aumento de medios para mantener el mismo nivel de formación policial que hace al menos seis años.

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