Esperaron a la tanda de penaltis. | El Mundo.
Un grupo de inmigrantes subsaharianos, una veintena según fuentes policiales, ha intentado entrar por la fuerza a Melilla a través del puesto fronterizo de Beni-Enzar, el principal de la ciudad autónoma, haciendo coincidir el intento con la disputa de la tanda de penaltis del España-Italia de la Eurocopa. Se trata del segundo asalto a la frontera hispano-marroquí en menos de 24 horas.
Según han confirmado fuentes policiales, todos los subsaharianos han sido repelidos por la policía marroquí y ninguno ha conseguido acceder a territorio melillense, aunque varios inmigrantes se han quedado cerca del puesto español.
El intento de entrada se ha producido sobre las 23:15 horas, durante el lanzamiento de penaltis del partido de la Eurocopa España-Italia, con el objeto de aprovechar un supuesto relajamiento en la vigilancia fronteriza por parte de los agentes españoles, que no se dio porque, según la Delegación del Gobierno, estaban «prevenidos» tras la avalancha de la pasada madrugada, protagonizada por un grupo de entre 60 y 70 subsaharianos.
La veintena de inmigrantes fue interceptada por los agentes marroquíes en su propia frontera, quienes alertaron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas, que reaccionaron «de inmediato» para cerrar la verja del paso fronterizo y establecer un cordón policial para impedir la entrada de los subsaharianos.
Durante el tiempo que ha permanecido cerrada la verja del puesto fronterizo se ha visto interrumpido el paso de vehículos y personas de un lado a otro de la frontera, aunque pronto se volvió a restablecer el flujo en el puesto de Beni-Enzar, donde la normalidad es «absoluta», según aseguró la Delegación del Gobierno en su comunicado.
Los dos últimos intentos de entrada de inmigrantes se diferencian de los que se han registrado en los últimos años en que los inmigrantes no han saltado la alambrada, sino que han entrado a la carrera y arrollando todo lo que han encontrado a su paso, debido a que en esa zona el perímetro fronterizo está reforzado por dos vallas de seis metros con un entramado de alambres de acero en el centro denominado sirga tridimensional.
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