15 de septiembre de 2008

Un vándalo lascivo deja marcas de grasa en los cristales de un pueblo de Nebraska

De su trasero y entrepierna. | AP.

Desde hace más un año, un hombre sin identificar ha estado recorriendo de noche la ciudad de Valentine (Nebraska) y dejando la marca grasienta de su trasero, y a veces de su entrepierna, en los cristales de ventanas y escaparates. Los propietarios de tiendas, trabajadores de las iglesias y limpiadores de la escuela han tenido que eliminar las marcas de crema y vaselina de las ventanas que él elige.

«Es el caso más raro que he visto nunca», dijo el jefe de policía Ben McBride.

Algunos residentes de Valentine, una ciudad de unos 2650 habitantes, encuentran divertido el extraño vandalismo y han apodado al perpetrador «Bandido Culo», pero también se avergüenzan cuando encuentran sus marcas.

«Nos dio muchísimo asco», dice Kalli Kieborz, que trabaja en un edificio del centro. «Un día entré en la oficina y un empleado dijo “Oh, Dios mío: ¡nos han atacado!”»

El jefe de policía está lejos de divertirse. «No es divertido», dijo McBride. «Estamos preocupados por cuál será su próximo paso.»

Todo empezó en la primavera de 2007, cuando una iglesia metodista fue obsequiada con una marca grasienta. McBride supone que fue una broma de estudiantes. Pero la iglesia siguió siendo blanco del ataque, incluso aunque la policía la vigilase.

El bandido visitó comercio tras comercio y ventana tras ventana el verano pasado. Entonces él —y quizá, dice McBride, algunos imitadores— se detuvo en otoño e invierno.

«La gente decía que se había acabado», dice McBride. «Entonces comenzó de nuevo este verano.» Durante una sesión especialmente frenética, virtualmente todas las ventanas del hotel local fueron marcadas.

McBride dice que nadie ha declarado haber visto al vándalo en acción. La única pista es una imagen borrosa tomada por una cámara de vigilancia del instituto el año pasado. Se trata de un hombre de unos 1.80 m de alto y delgado, de cabello oscuro.

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