29 de marzo de 2008

Multan a las Pussycat Dolls en Malasia por indecentes

La sanción al grupo musical de Las Vegas supera los 2.000 €. | ADN.

El pasado mes de julio, el público malayo se vio involuntariamente expuesto al pecho de Carmit Bachar, así como a las braguitas de encaje de Ashley Roberts, que asomaron por debajo de unos pantalones demasiado cortos. El ministro de Cultura y Arte malayo, Rais Yatim, criticó la autorización dada por las autoridades locales al concierto, en el que en su opinión las Pussycat Dolls actuaron «casi sin ropa» y «de forma excesivamente sensual». Por ello, el alcalde de Kuala Lumpur decidió multar con 3.400 $ (unos 2.100 €) al grupo musical.

El evidente erotismo que las Pussycat Dolls destilan en el escenario ya les ha traído problemas anteriormente en Malasia. En agosto del año pasado, la municipalidad de Suban Jaya multó con 2.725 $ (unos 1.730 €) a los organizadores del concierto por «actuación indecente» del grupo. «Las Pussycat Dolls son culpables de comportamiento sexualmente indecente en el escenario», dijo en su día Abdul Rhaman, del Consejo Municipal de Subang Jaya. «Tras estudiar atentamente la grabación del concierto a solas en mi despecho, no puedo decir otra cosa», añadió, sudoroso y resollante.

Malasia, considerado un país musulmán moderado, aplica la estricta censura sobre espectáculos que dicta la ley islámica, según la cual las mujeres deben cubrirse desde los hombros hasta las rodillas durante los conciertos y está prohibido saltar y tirar objetos en el escenario. Numerosos artistas han tenido problemas para cumplir esta ley. El año pasado, Beyoncé canceló su actuación en Kuala Lumpur y Gwen Stefani, ex líder de No Doubt, tuvo que someterse a las normas de vestuario impuestas por las autoridades religiosas. Se ignora por qué tan promiscuos artistas insisten en actuar en ese país.

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