16 de mayo de 2008

Logran con un rayo láser que las hembras de mosca actúen como los machos

El PP se ha mostrado muy interesado en el hallazgo. | El Mundo.

Una investigación de las universidades de Yale (EE.UU.) y Oxford (Reino Unido), publicada en la revista estadounidense Cell bajo el título «Control remoto del comportamiento de la mosca de la fruta», sugiere que gran parte del cerebro de las moscas es unisex.

Los científicos, encabezados por el profesor Gero Miesenböck de la Universidad de Oxford, activaron en las hembras por control remoto, mediante un rayo láser, la neurona que en los machos es responsable del cortejo sexual. El resultado fue que las hembras de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) se comportaban igual que los machos tras recibir este estímulo.

Según el estudio, las hembras se pusieron a «cantar», haciendo vibrar una de sus alas, como hacen los machos para atraer su atención cuando quieren conquistarlas, lo que sugiere que ese comportamiento está latente en su cerebro. Sin embargo, su «canción» estaba algo desafinada y no era tan buena como la de los machos, añade el artículo. Algunas de las hembras también empezaron a blasfemar, escupir, y exigir cerveza y fútbol, además de repeler de malos modos a las hembras a las que no se les había disparado con el láser y se les acercaban atraidas por los «cantos».

Las moscas habían sido manipuladas genéticamente para que las neuronas estudiadas reaccionaran a la luz del rayo láser y pudieran ser activadas a voluntad por el equipo de investigadores.

«Uno esperaría que los cerebros de ambos sexos estuvieran diseñados de modo distinto, pero no parece ser el caso y son más parecidos de lo que se pensaba», declaró Miesenböck. Según el investigador, «es más simple y elegante que algunas conexiones funcionen en modo femenino o masculino», ya que sería demasiado complicado que los sistemas nerviosos de machos y hembras fueran totalmente diferentes. El estudio sostiene que las hembras «tienen el programa [del cortejo], pero les falta el mando que lo active».

«Una pregunta obvia es por qué las hembras poseen este circuito cerebral, aunque es posible que coincida parcialmente con circuitos utilizados para otros comportamientos», añade. Miesenböck ha señalado que aunque los sistemas nerviosos de los humanos y las moscas de la fruta son «muy similares», este descubrimiento no se puede extrapolar al ser humano, para decepción de todos quienes vieron inicialmente en este experimento una cura para la homosexualidad.

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