1 de abril de 2008

Ayuno y música para curar el cáncer

Las restricciones presupuestarias impiden la implantación masiva de estas terapias. | ADN, Público.

Científicos de la Universidad del Sur de California han desarrollado un método basado en el ayuno que permitiría supuestamente aumentar las dosis de quimioterapia sin sufrir efectos secundarios. El equipo del biólogo italiano especializado en envejecimiento Valter Longo halló que, al someter a un organismo —por ahora han probado con ratones y levaduras— a un ayuno de 48 horas, las células sanas concentran su escasa energía en su supervivencia, lo que las hace más resistentes a la quimioterapia que las cancerosas.

La investigación, que comenzó hace 4 años, vio la luz en la revista científica PNAS Early Edition y ya ha sido calificada por muchos médicos como un gran avance en la batalla contra los tumores. El uso del ayuno como arma defensiva ante el cáncer supone un giro copernicano en el enfoque de los tratamientos contra esta enfermedad que llega desde el campo de la biología. «La restricción calórica favorece la conservación de las células», dijo el científico Fernando Safdie, médico argentino miembro del equipo de Longo.

En una noticia relacionada, un equipo del madrileño Hospital La Paz ha demostrado la efectividad de la música como terapia complementaria en niños con tumores y otros problemas graves. Partiendo de la base de que la música es un lenguaje universal que no entiende de barreras idiomáticas ni diferencias de edad, la responsable del programa de musicoterapia de La Paz y autora del trabajo de investigación, María Jesús del Olmo, subdirectora del Máster de Musicoterapia de la Universidad Autónoma de Madrid, explica que aunque el efecto lúdico de la música «está clarísimo, sus beneficios van mucho más allá».

«La música sirve para relajar, activar, disminuir el dolor y la ansiedad, pero también podemos trabajar con ella para reducir el nivel de analgesia de un paciente», señala Del Olmo, que tiene previsto extender la experiencia a también pacientes adultos. «Adaptamos los elementos musicales, como el ritmo o la melodía, a la respuesta que queremos del paciente; eso es lo terapéutico», agrega.

Tanto los musicoterapeutas como los padres y los médicos creen que la experiencia debe extenderse, ya que al margen de La Paz y otros hospitales entre los que figuran La Fe de Valencia, el Virgen del Rocío de Sevilla o el centro privado Montepríncipe de Madrid, la musicoterapia está ausente en la mayoría de los centros sanitarios. «Lamentablemente, la SGAE nos impone unas condiciones leoninas que difícilmente podemos cumplir con los escasos recursos económicos actuales», afirma Del Olmo.

Ambos equipos participarán en un próximo congreso oncológico, donde intentarán responder a las críticas surgidas del hecho comprobado de que las anoréxicas adictas al iPod tienen la misma tasa de cáncer que el resto de la población.

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