19 de junio de 2008

Llega la tangoterapia

Cura el alzhéimer, el párkinson, la depresión, la esquizofrenia y los problemas sexuales. | Qué!

El tango se ha trasladado de los salones de baile a las salas de terapia de enfermedades como el alzhéimer o el párkinson. Más allá del sentimiento de bienestar —según cuentan quienes frecuentan las milongas— que provoca bailar tango, está demostrado que mejora la capacidad aeróbica y la coordinación, por lo que puede ser muy útil como complemento terapéutico en algunas dolencias.

Los últimos en utilizar la tradicional danza rioplatense son los enfermos de párkinson, ya que según un estudio realizado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), bailar tango con frecuencia mejora el equilibrio más que otro tipo de actividad física.

La escuela de medicina de la Universidad de Washington realizó un experimento con 19 pacientes de párkinson que se dividieron en dos grupos: uno realizó ejercicios de movimiento con sillas y el otro empleó ese tiempo en bailar tango, y se descubrió que, si bien ambos mejoraron, los segundos aumentaron más su equilibrio.

El médico argentino Roberto Peidro, uno de los pioneros en la investigación sobre las aplicaciones terapéuticas del tango, explicó que el «dos por cuatro» requiere prestar una atención especial a la coordinación, por lo que es «muy factible» que beneficie a los enfermos de párkinson.

Peidro, director del Centro de Vida de la argentina Fundación Favaloro, dirigió en 1999 el primer estudio sobre tango y salud con personas sedentarias y con dolencias cardiacas, en el que se concluyó que bailar una media hora diaria repercute directamente en el aumento de la capacidad aeróbica. Según explicó, esta es una característica que también tienen otras actividades físicas como caminar, pero el componente de coordinación que exige el tango aumenta sus beneficios, sobre todo en personas sedentarias.

Peidro matizó que el tango «no es mejor que cualquier otra actividad física», pero sí que otros ejercicios que no potencian la coordinación y otros bailes menos tradicionales. «Si uno baila techno o música disco puede hacer cualquier movimiento, pero en el tango hay que estar pensando el paso que hay que dar», precisó.

La clave es la mejora de la capacidad aeróbica, que según el facultativo puede repercutir incluso en el incremento de la actividad sexual y por tanto la calidad de vida, sobre todo en enfermos cardiacos.

Bailar tango también puede favorecer a enfermos de alzhéimer, que de hecho ya participan en tangoterapia en varios centros del país, precisamente por ser una actividad de coordinación y porque obliga al paciente a ejercitar su memoria para recordar los pasos. Pero el tango no sólo cura el cuerpo, sino que también es bueno para la mente. El psiquiatra Federico Trossero, autor del libro Tango Terapia, complementa con talleres de tango los tratamientos de enfermedades que van desde la depresión hasta las fobias sociales e incluso la esquizofrenia.

No hay comentarios: