Detenidos 13 magos y algunas víctimas. | Reuters.
La policía congoleña ha arrestado a 13 magos sospechosos de usar magia negra para robar o encoger penes ajenos después de que una ola de pánico y amagos de linchamiento provocados por la supuesta brujerías.
Las denuncias por robo de penes no son inusuales en África occidental, donde la creencia en la brujería y las religiones tradicionales sigue estando extendida, y donde persisten los asesinatos rituales para obtener sangre o partes del cuerpo.
Los rumores de robos de penes empezaron a circular la semana pasada en Kinshasa, la pujante capital de la República Democrática del Congo, con unos 8 millones de habitantes. Pronto dominaron los programas radiofónicos participativos, donde los oyentes llamaban para advertir a los pasajeros de los taxis comunales que llevasen anillos de oro.
Las supuestas víctimas, 14 de las cuales fueron también detenidas por la policía, afirmaban que los magos habían hecho que sus genitales encogiesen o desapareciesen simplemente tocándoles, en lo que algunos residentes decían que eran intentos de extorsión para obtener dinero con la promesa de una cura. «Sólo tienes que ser acusado de ello, y la gente va a por ti. Hemos tenido varios intentos de linchamiento ... Los ves cubiertos de marcas tras haber sido golpeados», declaró Jean-Dieudonne Oleko, jefe de la policía de Kinshasa.
La policía arrestó a los supuestos magos y a sus víctimas en un esfuerzo por evitar un derramamiento de sangre como el ocurrido en Ghana hace una década, cuando 12 supuestos ladrones de penes fueron golpeados hasta la muerte por una multitud enfurecida.
Los 27 detenidos ya han sido puestos en libertad. «Estoy tentado a decir que es una enorme broma», dijo Oleko. «Pero cuando intentas decirle a las víctimas que sus penes siguen ahí, ellos te dicen que se ha vuelto diminuto o se han quedado impotentes.»
Some Kinshasa residents accuse a separatist sect from nearby Bas-Congo province of being behind the witchcraft in revenge for a recent government crackdown on its members.
Algunos habitantes de Kinshasa acusan a una secta separatista de la cercana provincia del Bajo Congo de estar tras la brujería, como venganza por las recientes medidas enérgicas gubernamentales contra sus miembros. «Es real. Ayer mismo hubo aquí un hombre que fue víctima. Lo vimos. Lo que le quedó era diminuto», dijo Alain Kalala, un vendedor de tarjetas telefónicas de 29 años cerca de la comisaría de policía de Kinshasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario